Las mujeres tampoco se libran de ser susceptibles de discriminación en la fase de acceso a determinadas profesiones. El Tribunal de Justicia europeo se pronunció respecto a una norma griega que imponía como requisito para la admisión de los candidatos al concurso de la Escuela de Policía, que tuvieran una estatura mínima de 1,70 metros, una cualidad física por lo general más propia de hombres que de mujeres. El texto consideró que aunque que el ejercicio de las funciones de policía requiere una aptitud física particular, no significa que dicha aptitud esté necesariamente relacionada con la estatura, condición que además perjudicaba a un número mayor de mujeres que de hombres.

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